8 mar 2013

TRES NUEVOS FRAGMENTOS

Nuevos fragmentos apocalipticos.

Esta vez hago una entrada en la que os transcribiré los últimos tres fragmentos desvelados por la editorial.

Tres grandes nombres de autores conocidos, y quizá no tan conocidos.

Tras Joan Llensa llega un nuevo autor.

Jordi Cantavella, con un fragmento muy interesante que nos transporta a una parte de la historia, que muchos tenemos presente en nuestra cabeza por diferentes motivos. 

<<En 1938 había hambruna en la ciudad. Los hombres estaban en el frente o escondidos como ratas. Las mujeres y los niños tenían que conseguir comida cada día, aunque fuera perdiendo la dignidad.
La guerra se estaba terminando y los aviones fascistas venían desde Mallorca para aplastar la moral de la población civil asesinando a civiles indefensos, por Dios y por España.>>

Tras su comienzo se ha desvelado un nuevo fragmento. Esta vez de la mano de un autor hermano de otro autor que ya hemos conocido en entradas anteriores.

Su nombre es Luís García de Oro y sus letras comienzan así:

<<DÍA 01.
Desde la ventanilla del avión que le llevaba a Hong Kong, Martin Kung pudo observar cada vez con más detalle el alcance de la tragedia. Hacía rato que el avión se había quedado sin combustible, y planeaba plácidamente hacia el suelo mientras sobrevolaba autopistas colapsadas y coches en llamas. Segundos antes de impactar contra el suelo pudo ver perfectamente la inmóvil multitud que abarrotaba las calles de una ciudad indeterminada del interior de China. Incapaces de huir, a las víctimas que se hallaban allí sólo les quedó el recurso de cerrar los ojos con fuerza, apretar los dientes y gritar justo antes de que esa mole con alas les cayera encima.>>

Una confesión trágica que nos deja con el corazón totalmente encogido. ¿Cuántas veces hemos temido al viajar en avión que nuestro cilindro con alas no llegase a aterrizar?

Y después de Luis. El nuevo autor, es un gran conocido editor, y su nombre es Marcelo Mazzanti.

<<Diez segundos antes del fin del mundo, Marta Vázquez, psicóloga, intentaba apartar de su mente la idea de un tentador plato de olivas rellenas y escuchar lo que le contaba su paciente, el joven Javier Bellido, con fama de problemático; cuanto más se proponía Marta prestar atención a los problemas de Javier con su madre, menos lo conseguía. El que supiese que la madre de Javier se llamaba Olivia no ayudaba. Y fue una lástima, porque las últimas palabras de Javier, sin saberlo, fueron las más inteligentes que había pronunciado en su vida:
   Si no sé cómo es ser normal, ¿cómo voy a saber si yo soy raro?>>


¿Qué os han parecido los nuevos fragmentos de hoy?

Espero que los disfrutéis.


Yo ya he hecho mi pre-order y estoy deseando poder conocer todas las continuaciones de estos trabajos.

¡¡OTROS MUNDOS SON POSIBLES!!

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