16 ago 2011

LA CASA DEL TORREÓN DE ISABEL DEL RÍO

Acabo de terminar este libro de Isabel del Río. Todo surge gracias a esa casa que solo se vislumbra desde lo más alto.

La Casa del Torreón cuenta las peripecias de Marina, una joven universitaria, que tras una caída aparece en un mundo desconocido en el que tendrá que luchar por sobrevivir, sobrevivir a fantasmas y caníbales, y dónde las aventuras que recorre la hacen encontrarse con diferentes personas, que unas veces la ayudarán y que otras la perjudicarán. 

Lo que está claro es que Marina ya no será la misma que era cuando comenzó el camino. Avanzará, se perderá en sus pasos, cambiará, amará y se sentirá abandonada. Conocerá la vida y conocerá la muerte. No sabrá en quien confiar.

Es un libro fantástico, con una edición sorprendente y muy cuidada. 

Una novela muy fácil de leer, con una prosa ágil acariciada por un velo lúgubre y siniestro que la hace diferente. Llena de magnetismo y de incertidumbre. Incertidumbre que te acompaña en cada línea manteniéndote alerta en todo momento.

Personajes con los que es fácil enfatizar. Historias imaginarias que bien podrían ser reales. Ya que cuanto más soñemos con algo más probabilidades tenemos de que se torne real.

Un libro que al terminar de leerle te deja en el corazón una huella imborrable. Una huella que te muestra que dentro de uno mismo existe un poder ilimitado que nos ayuda a convertir nuestros sueños o pesadillas en una realidad aplastante, por ello tenemos que tener cuidado con lo que soñamos.

A veces, los fantasmas y las sombras caníbales no son más que nuestros propios miedos paralizantes que nos impiden ser quienes queremos ser. Debemos ser conscientes de que esos miedos no nos pueden paralizar y tratar con todo nuestro empeño llenar esas sombras de luz. 

La magia que llevamos dentro, los buenos recuerdos, la esencia que se esconde en nuestra sangre y la esencia que desprenden aquellos que conocemos…esa será nuestra fuente de luz, será nuestra linterna permanente, nuestra vía para conseguir que las sombras que nos acechan se esfumen para siempre, para que podamos continuar nuestro camino.

Aunque nos sintamos derrumbados, aunque sintamos que deberíamos dejarnos vencer cansados de tanto tropezar…hay que seguir adelante…

A veces los sueños pueden llegar a hacerse realidad, pero para que se cumplan primero tendremos que soñarlos sin descanso.



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