26 abr 2011

DESHOJANDO LOS PÉTALOS DE MI CORAZÓN

Esta noche la luna me acompaña tarareándome viejas canciones al oído, me susurra antiguas canciones, y cada una de las notas de esas melodías, me escuecen…

Me escuecen, porque su halo blanco me traspasa la piel, arañando el terciopelo gris que rodea mis venas, su melodía me duele porque mi sangre inquieta, se balancea alocada, dispersándose, arrejuntándose, queriendo brotar, queriendo firmar unos versos que disfracen de poesía la mezcla entre el amor dulce y la soledad amarga.

Y sentada sobre esta lápida de mármol de color blanco, dónde se esconde todo lo que soy, con la única protección de un ángel de piedra con nombre de lluvia congelada y su sombra sobre mi cabeza; pienso en ti, intentando poner en orden mis pensamientos.

Te extraño a cada suspiro de mis labios, necesito tu olor, necesito tu fragancia, pero apenas queda rastro ya de tu colonia en mi ropa, y mis sentidos antes embriagados, comienzan a desperezarse otra vez, y sentir a veces duele.
Te extraño, y en los momentos de oscuridad, el recuerdo de nuestro amor no me basta.Nuestro amor dulce se deshiela, comienza a derretirse, y la soledad, la puta soledad regresa con sus amarguras, con sus fuerzas inquebrantables, y yo me siento vacía, y debilitada.

Te necesito, necesito de tus sonrisas radiantes, necesito tu voz penetrante susurrándome cerquita de mis labios que todo va a ir bien.
Hace tiempo, únicamente tenía a mi ángel, y sus palabras me ayudaban lo suficiente para querer sobrevivir, pero ahora me he acostumbrado tanto a ti, que sus palabras llenan, pero no completan…sus palabras ayudan pero no salvan…
 
Te necesito para tener ganas de vivir, porque ya me cansé de dar sorbitos, me cansé de beber de ese vaso transparente en cuya etiqueta está escrita la palabra “sobrevivir”; te necesito aquí, porque ya me cansé de ser el náufrago a la deriva, cuyo barco tiembla a cada vaivén, esta vez quiero ser el mar, amor mío, quiero ser las olas salvajes que golpean fuerte con sus gotas saladas sobre las rocas, sobre la madera carcomida, quiero hacer temblar al viento…

Pero sólo soy fuerte, cuando estás a mi lado…Así que regresa pronto, amor…
 
Mientras tanto, estaré aquí, esperándote, recordándote, deshojando los pétalos negros que guardan mi corazón, con la luna ayudándome a brillar, esa misma luna que te guiará en tu camino una noche más…

Estaré aquí, deshojando los pétalos que protegen mi corazón, esperando a que llegues, y al verte, el último pétalo caerá, marchito e indefenso delante de nuestros ojos, y al descubierto quedará mi corazón negro…Todo entero para ti, porque siempre has sido, eres y serás su dueño, su único dueño…

Te lo entregaré, y como recompensa no quiero más, que un beso profundo, un beso de esos que siempre me das, un beso de esos que derriten la amarga soledad, e impregnan del dulce de los caramelos el paladar de mi boca…

Te esperaré, pero mientras tanto seguiré aquí, bajo la luz de la luna, acurrucada entre la oscuridad, cantando tristes canciones, llorando tristes canciones, mientras los pétalos de una rosa negra se deslizan entre las caricias del viento frío…

Estaré aquí, deshojando los pétalos escarchados de mi corazón congelado sin ti…
 
Estaré aquí…
 
*Para el dueño de mi corazón.

3 comentarios:

  1. Simplemente precioso. Sigue así, de verdad :)

    Me alegro de que estés por aquí

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  2. precioso la verdad me gustaria tener a alguien para decirle todo lo que tu tienes puesto ahy!! me encanta!!
    Saludos desde Köln vieja y fria ciudad
    Javibenny

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  3. Me gusta mucho como escribes, Rebeca.
    Por cierto, que el próximo martes podría llegarte la seguna parte de cierto libro...
    ¿Me recuerdas tu dirección por mail?
    Un abrazo,
    Francesc

    PD. ¡Qué bueno que navegues por el Mundo deportivo! En eso también coincidimos ;-)

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